La histórica bajante del Río Paraná ya afecta a siete provincias argentinas y complica la provisión de agua potable, la actividad pesquera y el transporte de granos y comercio a gran escala. "Es un típico caso de cambio climático", afirmó Sergio Federovisky, viceministro de Ambiente nacional.

"Esta sequía es un efecto extremo y la mala noticia es que es muy posible que se repita más asiduamente producto del calentamiento global", continuó el número dos de Juan Cabandié en una entrevista con Ahora Dicen. En la mirada del funcionario, Argentina es uno de los países más afectados por el cambio climático y es hora de "trabajar en la deforestación".

En cuanto a las políticas públicas que se llevan adelante en esta materia, el secretario de Control y Monitoreo Ambiental admitió: "No estamos acostumbrados desde el Estado a trabajar en criterios necesarios con respecto al cambio climático".

Por último, el funcionario opinó que el impacto del agronegocio que se lleva adelante en el país es muy grande ya que "no es el mejor modelo y es un problema muy serio", y aunque no descartó que el bajo nivel del Río Paraná esté vinculado, evaluó no tener "información de que sea en este caso un elemento directo".